China, sabiendo que estaba en desventaja con el desarrollo de los motores de combustión interna, se planteó un objetivo muy claro en los años 90s, que fue el de desarrollar la tecnología de vehículos eléctricos, adelantándose así varias décadas a todos los demás. Bueno, el paso del tiempo les dio la razón y hoy dominan el mundo del auto eléctrico.
Para conocer cómo fue el proceso que realizó China para llegar a donde esta ahora, Raúl Moreno, un consultor y asesor de la industria automotriz en vehículos eléctricos de origen español, pero que vive en México, escribió un interesante informe sobre este tema en sus redes sociales (leerlo abajo).
EL INFORME DE RAÚL MORENO:
La industria de vehículos eléctricos de China y sus implicaciones globales:
La industria de los vehículos eléctricos en China ha experimentado un crecimiento explosivo en los últimos años, despertando tanto entusiasmo entre quienes ven en este fenómeno una transición energética acelerada, como preocupación en la industria automotriz de EE.UU y Europa por el dominio tecnológico que China está adquiriendo. Este año, las ventas de EV en China superaron el 50% del total de automóviles vendidos, mientras los precios continúan bajando y los EVs ofrecen una experiencia de conducción superior. Este rápido desarrollo contrasta notablemente con el crecimiento más pausado en EE.UU y Europa, donde la infraestructura y las políticas de apoyo a los EV todavía están en una fase incipiente. Aunque este avance chino ha tenido lugar en un contexto geopolítico turbulento, es un ejemplo claro de innovación disruptiva más que un desarrollo político.
Contexto histórico del desarrollo de los EV en China:
El desarrollo de la industria de EV en China ha sorprendido a muchos en el ámbito automotriz mundial, pero este crecimiento no ha sido fortuito. Desde hace décadas, China ha planificado cuidadosamente su política industrial automotriz. En 1993, Qian Xuesen, uno de los científicos más respetados de China, envió una carta a un vicepresidente chino abogando por que el país saltara directamente al desarrollo de vehículos eléctricos, anticipando los beneficios ambientales y la independencia tecnológica que esto podría ofrecer. Este planteamiento ocurrió una década antes de que Elon Musk fundara Tesla en 2003.
Con la dependencia de China en la importación de petróleo y gas, el gobierno chino vio en los EV una forma de avanzar hacia la seguridad energética. A diferencia de EE.UU, un jugador dominante en la industria automotriz tradicional y el mayor productor de petróleo del mundo, China tenía un incentivo económico y estratégico para impulsar el sector de los EV, lo que llevó a un marco de políticas agresivas y una rápida expansión de la industria.
Incentivos políticos y estrategia nacional:
El gobierno chino ha implementado políticas centralizadas que han fomentado la adopción masiva de vehículos eléctricos. Durante los primeros años del desarrollo de los EV, se ofrecieron generosas subvenciones a los consumidores, lo que redujo considerablemente el costo de entrada. Estas subvenciones se complementaron con exenciones fiscales y una inversión masiva en infraestructura de carga. China también implementó regulaciones que obligaban a los fabricantes a producir un porcentaje mínimo de vehículos eléctricos o a comprar créditos a otras empresas que lo hicieran.
Hoy, China cuenta con 1,8 millones de cargadores de vehículos eléctricos públicos en funcionamiento, de los cuales 760,000 tienen capacidad de carga rápida. Solo la provincia de Guangdong, que tiene un tamaño comparable al estado de Oklahoma en EE.UU., tiene más del doble de cargadores que todo EE.UU.
En contraste, EE.UU y Europa han adoptado un enfoque más descentralizado. Aunque el gobierno federal de EE.UU ofrece créditos fiscales de hasta $7,500 para la compra de EV, estos beneficios se reducen una vez que un fabricante ha vendido más de 200,000 vehículos. La administración Biden ha anunciado planes para construir 500,000 estaciones de carga para 2030, pero la implementación va mucho más lenta que en China.
Innovación y transformación tecnológica:
Las empresas chinas como BYD, NIO y Xpeng están a la vanguardia de la innovación en el sector de los EV. Estas compañías no solo se han centrado en mejorar la tecnología de baterías y el diseño de vehículos, sino que también han invertido en características inteligentes y capacidades de conducción autónoma. La integración de inteligencia artificial y conectividad ha hecho que los EV chinos sean altamente competitivos en el mercado global.
Por otro lado, los fabricantes tradicionales, como Ford o VW, se enfrentan a desafíos considerables para adaptarse a esta transformación. El CEO de Ford, Jim Farley, destacó que la transición de motores de combustión interna a trenes motrices eléctricos no solo implica cambiar la fuente de energía, sino una revisión completa del proceso de fabricación y la arquitectura del vehículo. Además, asegurar una cadena de suministro confiable para las baterías es otro gran reto.
Adaptación del mercado y dinámicas de los consumidores:
La estrategia de China para fomentar la adopción de EV, enfocándose inicialmente en flotas de taxis y servicios de transporte, ha sido sumamente eficaz. Estos servicios son ideales para los EV, ya que recorren distancias cortas y son extremadamente sensibles a los costos operativos. Con un costo de electricidad considerablemente inferior al de la gasolina en China, los EV resultan mucho más económicos para los conductores de flotas.
Implicaciones para las empresas automotrices globales:
La dominancia de China en el sector de los EV plantea grandes desafíos para los fabricantes de automóviles tradicionales. Compañías como Volkswagen, Mercedes-Benz y General Motors, que en su día dominaron el mercado chino, están ahora viendo cómo su participación de mercado se desploma ante la creciente competencia de las firmas chinas. GM, que alguna vez vio a China como su motor de ganancias, reportó una pérdida de $106 millones en el primer trimestre de 2024.
Al mismo tiempo, los fabricantes chinos de EV están expandiéndose agresivamente en mercados internacionales, utilizando su ventaja tecnológica y precios competitivos. Aunque las barreras comerciales en EE.UU. y Europa ralentizarán su entrada, la presión sobre los fabricantes tradicionales para innovar y ofrecer productos competitivos es enorme.
Conclusión:
El enfoque agresivo y centralizado de China para el desarrollo de los EV ha llevado a un crecimiento sin precedentes y ha establecido nuevos estándares para la industria automotriz global. A medida que el panorama automotriz continúa evolucionando, las lecciones de China sobre la adopción de vehículos eléctricos y la experiencia de las empresas automotrices tradicionales moldearán el futuro del sector. China ha demostrado que la innovación disruptiva, cuando se apoya en políticas gubernamentales sólidas, puede transformar rápidamente una industria y consolidar su liderazgo global.
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