Por Carlos Norberto Puga: Magister en Educación. Docente Técnico y Creador del Auto Solar “TRONADOR” en 1988. Co- Organizador del primer Tour del Sol Argentina 1990. Co-Organizador del primer Rally Ecológico de la Ciudad de Buenos Aires en 1991. Mail: carlospuga2017@gmail.com. Instagram: @tronadorsolar.
“El sol es el resorte que lo maneja todo. El sol preserva la vida humana y suministra toda la energía humana”, dijo Nikola Tesla.
A pedido de Uds., queridos lectores, hoy me autoreferenciaré en el tema de la Electromovilidad y la Energía Solar. ¡Muchas Gracias por esta oportunidad!
Como bien señaló el Gran Nikola Tesla, el SOL “es el resorte que lo maneja todo…” incluyendo por supuesto, a los distintos vehículos que utilizamos a diario pero que si son ELÉCTRICOS, tanto mejor por su maravillosa eficiencia. Pero vamos a lo prometido en el título de esta columna.
Mi historia comienza por principio de los años ’80 (Siglo XX) cuando observaba que la camioneta Diesel de mis padres (0 Km y 100% Nacional) al comenzar el otoño le costaba arrancar, tardando mucho más tiempo en ponerse en marcha. Aclaro que no teníamos garaje ni la posibilidad de alquilarlo. Entonces, “dormía” en plena calle.
A medida que pasaba el tiempo, y se avecinaba el invierno, la cosa empeoraba. Ya en pleno invierno mi padre tenía que cubrir el motor durante la noche y levantarse una hora antes para iniciar la “Ceremonia de Calentamiento con Agua Hirviendo” y así lograr que la camioneta se pusiera en marcha, una vez que el block del motor lograba una temperatura acorde para el encendido. Fui testigo de ello, porque me llevaba hasta la puerta del colegio donde estudiaba, y veía cada mañana esa “Ceremonia”.
Por más que tuviera la batería nueva, los inyectores limpios, los filtros cambiados, las bujías incandescentes controladas, la bomba inyectora calibrada, y el “burro de arranque” con colector y carbones nuevos, SIEMPRE el FRIO le generaba problemas.
Se ahorraba con el precio del Gas-Oil (en esa época costaba la mitad de lo que costaba la Nafta), pero se perdía en services, mantenimiento y por sobre todo…TRANQUILIDAD y DESCANSO!!!
¡Cuántas veces si íbamos en invierno a una fiesta de noche, tuvimos que pedir la “gauchada” de un “empujoncito” para que arrancara! Era una camioneta para Primavera (si no refrescaba mucho) y Verano. Eso sí. Te “indicaba” la llegada de un frente frío y de las heladas mucho mejor que el Servicio Meteorológico.
Cuando me recibo de Técnico en Electrónica, la camioneta ya tenía unos años. Ergo funcionaba peor para el arranque. Por tal motivo, al contar con conocimientos técnicos y viendo que la “historieta del Frio vs Arranque” continuaba, me decidí a buscar una solución al tema desde 1986.
En esa época la información se conseguía en libros, revistas especializadas o por carta. Casi no había en la TV o Radio en donde se hablaba poco de esos temas y muy de vez en cuando. Pero a finales de 1987, en una exposición técnica de las que siempre fui habitué para mantenerme actualizado, conocí a Ariel Ciro Rietti y su “ARIEL RA”, que desde 1977 fuera el primer Auto Solar de Argentina y Latinoamérica.
Rietti brindaba cursos en su Laboratorio Solar de Almagro, sobre Electromovilidad y Energía Solar. En Marzo de 1988 me anoté a sus clases, mientras al mismo tiempo estudiaba ingeniería en la universidad, que dicho sea de paso, no tenían ninguna materia o cátedra sobre ambos temas.
Esto era válido tanto para las universidades públicas o privadas. La Energía Solar se enseñaba en poquísimos lugares (Ejemplo CNEA) y generalmente para ingenieros recibidos como una especialización. Con la Electromovilidad era peor. Solo los ingenieros ferroviarios accedían a esos conocimientos. En cambio, el Laboratorio Solar de Rietti, permitía un conocimiento a los neófitos del tema.
Ya en Mayo de 1988, Rietti nos propone a todos sus alumnos, que cada uno en la medida de sus posibilidades, hiciéramos un AUTO SOLAR para una futura demostración y exposición en la SEDE CENTRAL del A.C.A. a principios de DICIEMBRE. El nos brindaría su apoyo con algunos materiales, pero para OCTUBRE debería estar terminado, para poder realizar pruebas en la calle.
Sí. Nosotros probábamos los autos eléctricos en plena calle en medio del tránsito urbano. ¡Salté de alegría ese día de Mayo! ¡Contaba con la posibilidad de hacer un auto ELECTRICO / SOLAR! Y también demostrar, que HABÍA UNA OPCIÓN al vehículo de combustión interna. Como joven técnico, vivía en la GLORIA. ¡Un DESAFIÓ HERMOSO!
En el reparto de materiales, a mí me tocó el MOTOR de C.C. y un PANEL SOLAR “TELEFUNKEN” alemán. Otros tuvieron más, otros menos, dependiendo del diseño, el tamaño del vehículo y lo avanzado del proyecto. Era mi responsabilidad armar y/o conseguir: Baterías, Ruedas, Chasis, Controles Eléctricos, etc, etc, etc.
A todos mis amigos/as y conocidos les informé sobre el proyecto. ¡Es increíble ver, como la gente, desea participar de algo novedoso!
Algunos me regalaban o prestaban cosas muy útiles para poder armarlo (ejemplo herramientas o servicios con maquinarias de las que yo no disponía). Otros, me regalaban cosas que no resultaban aptas o útiles para el proyecto, pero igualmente se los agradecía.
Pude hacer algunos intercambios por publicidad en el auto. Y también, pagué muchas otras. Mi gran problema, era no contar con un garaje para poder trabajar. Mi casa no contaba con ello y los de mis amigos/as estaban ocupados o muy lejos.
Pero contaba con un LIVING de 25 m cuadrados con puerta a la calle. Se me ocurrió entonces que podría ser transformado en un “TALLER”. ¡Ahora, debía convencer a Mamá de que por 5 meses habría un TALLER en el LIVING Mamá aceptó enseguida (siempre me apoyó) pero con una ESTRICTA CONDICIÓN. Todo debería quedar SIEMPRE IMPECABLE antes y después de trabajar en el “Taller”.
Como soy prolijo y ordenado por naturaleza, ese no era problema. Pero, podían aparecer “accidentes” en la manipulación de las baterías de PLOMO-ACIDO o la manipulación de las herramientas, máquinas y materiales. Dejé que las cosas simplemente pasaran… Y si cometía un error, lo repararía. De hecho, sin querer un día quemé 4 baldosas con el ácido. Al finalizar el auto, las cambié y cementé con mis propias manos.
El chasis, me lo dieron dos hermanos excompañeros de estudio de la secundaria. Lo tenían en su garaje abandonado, y había pertenecido a un viejo Karting con motor de combustión de moto que ellos usaban. Ya no tenía el motor. Pero sí sus ruedas, y dirección. Necesitaba restauración completa de la pintura y reparar neumáticos.
Ahora me faltaba una “Cabina de Pintura”. Obviamente, el “Living –Taller”, no era apto para ello. Solución: Armaría una, entre los dos arbolitos de nuestra propia vereda. Me levanté un Domingo de SOL a las 6 A.M. y para las 8:30 A.M. tenía todo listo. Lonas, sogas, caballetes, cintas para delimitar el área y una pistola eléctrica de pintar, sorprendiendo a mis vecinos, que con una sonrisa debían cruzar de vereda para ir a hacer sus compras, gracias a mi “locura”. Ya habíamos elegido por sorteo un nombre para el auto.
Escribí tres lugares de Argentina que conocía: “Iguazú”, “Mendoza” y “Tronador” los puse en una bolsa y le pedí a mi hermana Silvina de 10 años que sacara uno. Salió “TRONADOR” (repetidas veces). Según el plazo previsto, para mediados de SEPTIEMBRE tenía el prototipo funcionando. Solo le restaba hacer la carrocería y la decoración.
Lo transportamos hasta el barrio de ALMAGRO (Calle Lezica y Av Medrano). Allí Rietti me esperaba con su “ARIEL RA” (iría detrás de “TRONADOR” para “protegerme” del tránsito ya que contaba con un chasis de Citroën 2CV) y dimos una vuelta a la manzana por Av Medrano, Av Rivadavia, Gascón y vuelta a la calle Lezica.
“TRONADOR” funcionaba OK, pero debía perfeccionar la sujeción de las baterías (el empedrado las hacía “saltar” y casi se cae una) y finalizarlo con la carrocería. Hasta fines de OCTUBRE (último plazo) me quedaba más de un mes. Y venía muy bien. De hecho Rietti, al ver mi progreso, me dio un asiento de aluminio de helicóptero (el era expiloto de helicópteros), para que quedara más cómodo y liviano.
En ese mes, diseñé y construí la carrocería (íntegramente de aluminio y plástico) y la decoración, que pinté junto a mi hermana Silvina. Para la última semana de OCTUBRE, “TRONADOR” estaba terminado. Hicimos otras pruebas por las calles de Ramos Mejía (donde residía) y excepto por pequeños detalles de refuerzo en la carrocería (se movía) todo lo demás funcionaba OK.
En DICIEMBRE de 1988, otros compañeros y yo, expusimos junto a Rietti en la Sede Central del A.C.A. distintos AUTOS SOLARES que venían de Mar del Plata, Junín, Conurbano Bonaerense y Capital Federal, demostrando que esa tecnología eléctrica, se impondría en el futuro (hoy).
En JULIO de 1989, participamos de EXPOMOVIL en La Rural. Luego la crisis nos frenó otros proyectos. Para 1990, organizamos el “1er TOUR DEL SOL” circulando por la Av del Libertador desde la Estación Retiro hasta la Facultad de Derecho (en medio del tránsito), y dentro de una demostración para la “FERIA DE LOS INVENTOS 1990” que se realizaba en el ex Centro Municipal de Exposiciones.
Allí, no estuve exento de accidentes y con… ¡Un Auto Solar! Comentaré brevemente estos accidentes, hace tiempo convertidos en anécdotas afortunadamente.
La «cabina de pintura» en la vereda de su casa.
Nosotros teníamos el permiso y la ventaja, de poder circular libremente por los pasillos centrales de la Feria (aún con público) para demostrar las ventajas de los Autos Eléctricos Solares y su nula contaminación gaseosa o sonora. Todos los días, nos turnábamos con distintos vehículos, y obviamente saque varias veces a “pasear” a “TRONADOR”. Todo marchaba literalmente sobre ruedas.
En un momento había bastante público. Yo circulaba despacio. Pero no vi a una señorita que salía de un stand y ella obviamente no escuchó el auto. Entonces… La “atropellé” con la punta inferior izquierda de “TRONADOR” en el empeine de su pie derecho, produciéndole un pequeño raspón sin consecuencias. Le pedí las disculpas del caso, ofrecí llevarla al Puesto Sanitario, y recompensarla con algún dulce o café.
Ella simplemente sonrió al verme con “TRONADOR” y me dijo… “No te preocupes. Estoy OK. Un pequeño raspón. Menos mal que no llevaba medias de nylon, porque si me las rompías y ahí si me enojaba”. Me esbozó una sonrisa y siguió caminando. Realmente, una DIVINA.
Otro día también hacía los mismos recorridos por los pasillos. Y de golpe, “TRONADOR” empezó a levantar velocidad. Apretaba el freno con toda mi fuerza, intentaba desconectarlo pero… NADA. Era obvio que el “Relay” de corriente continúa se había “pegado”y no podía pararlo. Afortunadamente, había poco público. Pero recorrí más de 50 m sin poder parar y a más de 20 Km/h.
La «cabina de pintura» en la vereda de su casa.
Iba derecho a un STAND de venta de COMPUTADORAS y me veía destrozándolo. Al ver una de las columnas centrales del techo de la Feria, se me ocurrió una única solución: Estrellar la rueda delantera derecha contra la misma. ¡Y dio resultado! Del fuerte golpe, “TRONADOR” se detuvo al desconectarse dos baterías que cayeron al piso.
Por supuesto, semejante “show” no pasó desapercibido por los expositores y el público. Remolqué con mis manos a “TRONADOR” y al llegar al STAND me vino a buscar la Policía Federal que enviaba la Intendencia de la Feria. Me preguntaron por qué “corría carreras” dentro del predio y deseaban llevarme a la Seccional a declarar. Intervino Rietti, pude explicar y demostrar que fue un accidente, y todo terminó con sonrisas, aunque con advertencias de que no se repitiera.
Afortunadamente, nadie resultó herido, nada se rompió y “TRONADOR” demostró que era capaz de soportar ese golpe, ya que solo se afectó un perfil de aluminio que se dobló y el RELAY “pegado”. A partir de esa experiencia, tenía siempre dos RELAYS y los intercambiaba en cada paseo.
En 1991, se repite dicha Feria, y la “FUNDACION URBE”, CANAL 13, la Feria y nosotros, organizamos el “1er RALLY ECOLÓGICO de la Ciudad de Buenos Aires”. Mi “TRONADOR” gana la competencia, conducido por el cantante “SILVESTRE” que era expiloto de Fórmula 4, en los años 72 y 73, junto a Miguel A. Guerra.
Cabe señalar, que estas competiciones de Electromovilidad fueron las primeras en Argentina y Latinoamérica. Para 1996, logro sufragarme un viaje a Australia para ver “in situ” el World Solar Challenge 96 que con sus 3.000 km de recorrido, era (es) la carrera más importante y exigente del mundo en la especialidad.
Allí entablo amistad (que aún perdura) con HANS THOLSTRUP (creador del WSC en 1987) el cual me aseguró, que yo era el primer argentino que fui a ver esa competencia. ¡Un gran honor¡
Luego, en 1999, invito a Hans a la Argentina. El 4/3/1999 en Ramos Mejía (Pcia. de Buenos Aires) Hans y yo brindamos la “1er Conferencia Internacional sobre Electromovilidad y Energía Solar” de Argentina y Latinoamérica. Hans se queda encantado con nuestro país y promete regresar, cosa que cumplió en tres oportunidades más.
Si bien nunca dejé de interiorizarme y actualizarme en el tema, la actividad por parte nuestra decayó a partir del año 2001 (otra crisis). Actualmente, soy miembro de AAVEA (Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos) desde el año 2020 y colaboro en la difusión de la Electromovilidad, especialmente el 9 de Septiembre “DIA INTERNACIONAL DEL AUTO ELECTRICO”.
En 2023, HANS me visita nuevamente y el directorio y miembros de AAVEA, decidimos nombrarlo “SOCIO DE HONOR DE AAVEA”. Actualmente, continúo enseñando, difundiendo y apoyando cada una de las actividades o proyectos sobre Electromovilidad que se generan en Argentina y en el Mundo.
MUCHAS GRACIAS. ¡VIVA LA ELECTROMOVILIDAD!