Por la Dra. Laura Andino. Contacto: mail: laura_andino2015@yahoo.com.ar.
«El que ha comenzado, se encuentra ya a medio camino», dijo San Francisco de Asis.
Argentina hoy se encuentra priorizando el gas natural mediante la construcción del Gasoducto troncal Néstor Kirchner con la perspectiva cierta que el mismo no solo reforzará la provisión de gas en los ramales existentes, sino que también permitirá incorporar nuevos ramales e incrementar la exportación a Brasil y a Chile.
Todo ello aunado a la continuidad del desarrollo de la importante cuenca gasífera de Vaca Muerta.
Esto presupone una importante disponibilidad de gas y por ende un costo relativamente acomodado del mismo.
En este sentido hoy debemos aprovechar las dos ventajas comparativas que posee Argentina respecto de los demás países, que son por un lado la gran cantidad de recursos de gas -una fuente de energía limpia y barata-, y por otro que es el octavo país del mundo en extensión con una muy baja población por km2 y tierras que son lo suficientemente fértiles para la vida vegetal.
De las dos situaciones el uso del gas disminuirá los recursos existentes en el tiempo ya sea por su utilización y exportación, teniendo la expectativa que en este último aspecto adquiera un volumen considerable.
Para darnos una idea de la posibilidad económica que abre el vector económico y energético del gas tenemos:
Hoy la evaluación es de una exportación anual de u$s 27.000 Millones lo cual adquiere una trascendencia económica de magnitud para nuestro país.
Donde dada la cantidad de reservas es posible que, por avances tecnológicos, se deje de utilizar el gas mucho antes que se acabe, ya que consideran que las cantidades existentes alcanzan para unos 200 años.
En cuanto al litio sabemos que las reservas mundiales ascienden a 18.425.000 toneladas métricas y se encuentran distribuidas en los siguientes países de Chile, Australia, Argentina, China, Estados Unidos, Zimbahue, Brasil, Portugal de la siguiente manera:
El hemisferio norte totaliza 2.310.000 toneladas métricas y el hemisferio sur 16.115.000 toneladas métricas.
La cantidad de autos que hoy ruedan en el mundo alcanza a 1.446 millones que desglosados por su ubicación geográfica se encuentran en:
- Asia: 531 millones de vehículos.
- Europa: 405,3 millones (282 millones en la UE más 123 millones en países extracomunitarios).
- Norteamérica: 351 millones.
- Sudamérica: 83 millones.
- Oriente Próximo: 49 millones.
- África: 26 millones.
- Antártida: unos 50 vehículos.
Resulta entonces que el hemisferio norte tiene 1.336,3 millones de vehículos en tanto que el hemisferio sur solo 109 millones, lo cual es una gran asimetría entre contaminantes y aportantes a la electromovilidad como solución de descontaminación.
El Foro Económico Mundial (Davos) en su informe de agosto 2022 estima que el auto eléctrico contiene unos 8 kilogramos (kg) de litio, según las cifras del centro de investigación científica y de ingeniería del Departamento de Energía de Estados Unidos, el Laboratorio Nacional Argonne.
Y, por otra parte, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), para que el mundo llegue a un nivel cero de consumo de energía fósil, se necesitarán 2000 millones de vehículos eléctricos.
Una simple operación matemática indica que el litio necesario para esos 2.000 millones de vehículos eléctricos alcanzaría los 16.000.000.000 kg de litio equivalentes a 16.000.000 de toneladas frente a las reservas mundiales de 18.425.000 toneladas.
Ello, sin considerar las otras aplicaciones del litio en la industria electrónica, vidrio, cerámica entre otras.
No escapa a mi criterio que la reutilización de las baterías tendrá un lugar importante en la economía del litio, no obstante, la situación parecería ser bastante crítica.
Paralelamente debemos considerar que Argentina posee una cantidad de 14.840.010 vehículos, es decir, llegamos al 1,02 % del total de los vehículos que tiene el mundo y poseemos como mínimo el 10,31% de las reservas mundiales.
De lo anterior se deduce que nuestro consumo específico se ubica aproximadamente en el 10% de nuestras reservas.
Frente a ello lo más oportuno sería, en lo inmediato, continuar en el camino de la electromovilidad, pero aprovechando el contexto económico mundial, entonces entiendo deberíamos:
1) llevar adelante un plan de industrialización del litio tratando de abastecer de baterías a la mayor parte del mercado mundial que sea posible, fabricando tanto baterías estacionarias como para electromovilidad.
2) la industrialización propuesta implica la implantación de fábricas -en lo posible provinciales por la utilización social de las estacionarias-, ubicadas preferentemente en el Corredo Bioceánico del Norte Grande zona de mayor cantidad de yacimientos.
3) la realización del retrofit (transformación de vehículos de combustible fósil a vehículos eléctricos), en los buses que son unos de los vehículos urbanos más contaminantes.
4) incentivar la construcción de vehículos eléctricos nuevos que utilicen las baterías de producción nacional.
Va de suyo que la fabricación de autos eléctricos del tipo livianos en nuestro país recién se inicia, siendo que el total del parque automotor de Argentina señalado de 14.840.010 unidades que tienen la siguiente composición:
Donde el 12,80% del total de vehículos corresponde a los propulsados a gas.
Entonces, en la coyuntura, deberán coexistir en los próximos años los vehículos propulsados a GNC con los incipientes vehículos eléctricos nuevos.
En este punto resultará mucho más fácil, económico y se estaría también acompañando -pero en menor medida- el cambio climático, si se realiza una reconversión de los motores actuales a GNC que iniciar un proceso de retrofit.
En efecto, el costo de convertir un vehículo de combustible fósil en eléctrico ronda los $ 2.000.000 en tanto que complementar a los actuales motores con el sistema de GNC implicaría un gasto del orden de los $ 200.000.
La diferencia es muy importante tanto en valores absolutos como relativos y lógicamente con este rumbo crece el interés en el desarrollo del GNC.
Confirma lo anterior, la empresa Iveco -única fábrica de camiones pesados del país-, que produce desde 2019 vehículos propulsados por energías alternativas a través del desarrollo de la gama Natural Power, la que presentó días pasados al ministro de Economía y al secretario de Industria y Desarrollo Productivo, su plan para el desarrollo de camiones pesados y buses a GNC.
No es extraña esta decisión ya que si analizamos la posición de las principales estaciones de carga de GNC en el país vemos que las mismas se encuentran en las zonas -y sobre los corredores viales- de mayor tránsito, las que permitirán entonces un correcto abastecimiento de GNC tanto en zonas urbanas como en las rutas.
Estaciones de GNC de todo el país.
Ahora bien, el motor a GNC tiene un consumo medio de 4 kg de gas cada 100 km donde emite unos 90 g CO2 / km y en caso de ser gas de alto contenido calórico las emisiones serán de unos 106 g CO2 / Km.
Tomamos como valor medio 100 g CO2 / Km y si consideramos que recorre 20.000 km por año emitirá 2.000.000 g CO2.
Un árbol absorbe aproximadamente entre 10 y 30 Kg de CO2 al año adoptamos como valor medio 20 Kg CO2 / año o bien, 20.000 g CO2 / año.
Los arboles son los pulmones del planeta.
Entonces, para tener un efecto neutro necesitamos 100 árboles por vehículo que circula.
En nuestro país dije que existen 14.840.010 vehículos con lo cual se hace necesario plantar 1.484.001.000 para tener el efecto neutro deseado.
Es necesario ubicar esa cantidad de árboles y para ello propongo hacerlo en la red de vialidad nacional y las redes de las vialidades provinciales, ya que plantando los árboles a un costado del camino obtendremos varias ventajas.
A saber:
- una equitativa distribución geográfica del recurso,
- podremos realizar una composición paisajística de las rutas dando un confort de circulación al tránsito y finalmente
- tanto en la implantación como en el mantenimiento daremos trabajo a la mano de obra local próxima al camino.
Las redes a considerar son las siguientes:
Tenemos 40.198 de la red vial nacional y 198.791 km de redes provinciales totalizando 238.989 km donde tenemos un perfil tipo como el siguiente:
Si consideramos que pueden ser aptos para plantación 100.000 km de los 238.989 km (el 41,84%), y si plantamos ambos lados del camino en la zona que tiene menor interferencia con el tránsito como es la zona del contratalud con una implantación a una distancia de 1m cada árbol, resultará la cantidad de 200.000.000 árboles.
Para poder alcanzar los 1.484.001.000 de árboles será necesario ubicar 7 árboles transversales por metro longitudinal separados 1 metro, circunstancia que es perfectamente realizable en los contrataludes ya que se ubicaran desde el alambrado perimetral hacia la cuneta del camino.
Todo lo anterior sin considerar las superficies de distribuidores y aquellas secciones que tiene anchos generosos en la zona de camino que superan holgadamente los 7 metros de contratalud necesarios para plantar los 7 árboles por metro.
Palabras finales:
En estas breves líneas trate de sintetizar pensamientos directrices sobre asuntos -que si bien son de distinta naturaleza-, en esta oportunidad deben actuar en conjunto.
Es, en ese conjunto, donde entiendo debe producirse la armonía tanto en avanzar en la electromovilidad, como en mantener las condiciones ambientales sin desaprovechar los recursos económicos que puede generar el gas que es el combustible de la transición.
En el interín las provincias deberán avanzar con la tarea extractiva y la consolidación de sus fábricas de baterías de litio tanto estacionarias como de electromovilidad para consumo interno y exportación.
El objetivo entonces es transitar hacia la electromovilidad, utilizando el gas como combustible intermedio que permita tener NET ZERO (cero neto) por las tareas de forestación planteadas permitiendo que la cadena de valor no tenga impacto en el clima por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Finalmente creo que este mismo criterio debería tenerse presente para que, aquellos países que necesitan gas y quieran comprar el gas argentino lo hagan sin problemas, ya que si se plantean soluciones del tipo que he desarrollado nuestro gas contará con la ventaja comparativa que las emisiones que generen en los países compradores ya han sido compensadas en el país de origen, el nuestro.
En definitiva, todo se trata de aprovechar soluciones basadas en la naturaleza la cual ha sido extremadamente generosa con nosotros.
Las herramientas están, el Plan Nacional de Forestación (1997) preveía la siembra de 100 millones de árboles durante 2022 destinados a cuidar la calidad ambiental y proteger los recursos naturales, y esto es necesario que se cumpla.
Complementariamente también los avances de la técnica nos ayudan mediante el método de forestación de Miyawaki que permite crear bosques nativos que normalmente tardarían 100 años, en apenas 10 años.
En síntesis, nos encontramos frente a las decisiones trascendentales que temporalmente deben tomarse, decisiones de operación que son determinantes y en ello parafraseando a Julio Cesar al cruzar del río Rubicón “alea jacta est”, o sea, “la suerte está echada”.